8 DE MARZO: CAMBIEMOS NOSOTRAS PARA CAMBIAR EL MUNDO

Hoy, 8 de marzo, se celebra, como todos los años, el Día de la Mujer. Este año tiene una connotación especial por la Huelga de mujeres que está prevista bajo el lema “Sin nosotras se para el mundo” que reivindica la libertad e igualdad para la mujer en todos los ámbitos.

Está muy bien que la que lo desee vaya a esta huelga y salga a la calle a reivindicar nuestros derechos, eso también es libertad pero yo creo que aún podemos que ir más allá. Lo que debemos plantearnos es que puedo cambiar en mí para que mi entorno cambie.

Sigue habiendo violencia de género, en muchas ocasiones seguimos cobrando menos por el mismo trabajo, las tareas del hogar parece que fueran nuestra responsabilidad (aunque ya no siempre) como si tuviéramos un título para ello y en el sigo XXI en el que vivimos esto no tiene mucho sentido.

¿Qué hay detrás de esto?

Una de las razones más importantes para que todavía sigamos siendo víctimas y no se nos valore como realmente debe ser, son las creencias ancestrales que llevamos vivas en nosotras. Las experiencias de nuestras madres, abuelas, bisabuelas…siguen activas en nosotras formando parte de nuestras creencias y por tanto de nuestro comportamiento. Estas creencias se formaron por lo que ellas vivieron. De ahí la educación machista que durante mucho tiempo ha estado implantada en nuestra sociedad y que, en muchos casos, aún sigue. El papel de la mujer era el de cuidar de los hijos, de la casa y atender al hombre aunque también tuviera que trabajar en el campo o donde fuera y esto todavía está muy arraigado en nuestra sociedad.

Recuerdo que mi madre contaba como un día estaba mi padre dándole el biberón a mi hermano y llegó mi abuela y le dijo a mi padre: “pero que fas ti dándolle o biberón ó neno” (la frase no se quedó solo aquí) y automáticamente mi padre dejó de darle el biberón. Démonos cuenta de que el machismo también empieza en nosotras.

Otro punto fundamental para mi, es que tenemos que darnos cuentas de si nosotras nos valoramos y nos respetamos a nosotras mismas porque sino lo hacemos no podemos esperar a que los demás lo hagan. En muchas ocasiones lo que buscamos es la aceptación de los demás porque no hemos tenido el cariño que necesitábamos en la infancia. Inconscientemente buscamos una pareja que cubra nuestras carencias, que nos de el amor que no nos dieron y que no nos damos a nosotras mismas. Detrás de esto hay una desvalorización a nosotras mismas y miedo a no ser lo suficientemente buenas para que nos quieran y acabamos atrayendo a nuestra vida lo que no queremos y aceptamos ciertos actitudes porque si no nos quedaremos solas.

En conclusión, y desde mi propia experiencia y de la experiencia en consulta, debemos empezar por cambiar nosotras, nuestras creencias, nuestra manera de pensar muy vinculada a nuestros antepasados y a nuestras carencias para cambiar el mundo.

Debemos dejar de ser víctimas para que dejen de existir los verdugos/agresores.

Debemos empezar a querernos y a reconocernos como realmente somos para que los demás nos valoren y nos respeten. Pon límites a lo que no quieres porque es mejor estar sola que mal acompañada

Debemos de ser conscientes de cómo estamos educando a nuestras hijas e hijos y no solo con palabras, sino también con nuestro comportamiento ya que ellos y ellas ven lo que nosotras hacemos y eso se convierte en un patrón de comportamiento. ¿Nuestro comportamiento refleja que nos respetamos y nos valoramos?

Una gota de agua no es nada pero millones de gotas de agua forman un mar inmenso.