TAMEANA
Hola soy Anaís Verenguer y en esta ocasión te voy a contar mi experiencia con Tameana. Para no duplicar la información y que el artículo se alargue demasiado te invito a que leas que es Tameana
Llevo cinco sesiones de Tameana y cada una ha sido diferente, eso sí, en todas ellas he estado muy relajada.
La primera y la cuarta sesión quizá han sido las más llamativas para mi ya que en estas dos tuve muchas sensaciones a nivel físico. Ser consciente de estas sensaciones es bastante importante partiendo de que yo soy bastante racional. Y que percibir la energía no es mi fuerte (eso se le da muy bien a Pilar, saber como se mueve la energía y a donde va).
Bien, pues en estas dos sesiones, sobre todo en la primera, noté muchos movimientos involuntarios del cuerpo: sensación de alargamiento de las piernas y de los brazos, ligera molestia en la espalda, hormigueo y pesadez en las piernas, movimientos simultáneos del brazo y la pierna izquierda (esos espasmos como cuando te vas a quedar dormida pero sin estar dormida). Aunque esto pueda parecer molesto os aseguro que no, que la sensación de relajación es tan grande que no me supuso ningún problema. Al final de la sesión mi cuerpo estaba súper relajado.
Las otras tres sesiones fueron diferentes. En vez de sensaciones físicas era más bien un ir y venir de imágenes y pensamientos. Aunque no sabría decirte sobre qué eran, seguía notando una gran relajación.
En la última sesión sí que noté un movimiento energético a nivel del corazón. Era una sensación como de cosquilleo ya casi al principio de la sesión. Después ya me perdí en la sensación de relajación común a todas las sesiones.
Esto es, resumido, lo que percibí durante las sesiones. Ahora te voy a contar lo que noté después, durante ese día y los siguientes.
Principalmente lo que más noté fue esa sensación de relajación y también alegría, ganas de reír, de disfrutar. Me gusta mucho este estado, pero donde más noté un cambio fue con mis hijos. Es un poco difícil de explicar con palabras así que espero que me entiendas.
Tengo dos hijos (niña y niño) a los que por supuesto quiero y adoro. Lo que noté desde que empecé con el Tameana es que este amor por ellos está como más en la superficie, es mucho más fácil de identificar este sentimiento de amor que va acompañado de alegría y también me empuja, de alguna manera, a expresarlo más, a achucharlos y a comérmelos a besos.
Todo esto que noté me tiene mucho sentido ya que la energía Tameana actúa a nivel del amor incondicional sanando las heridas emocionales del corazón, haciendo caer ese muro que muchas veces levantamos por el dolor y sufrimiento vividos, nos bloqueamos para no expresar nuestras emociones porque pensamos que así no sufriremos pero también nos privamos de vivir desde ese amor que ya somos.
Cómo conclusión te puede decir que mi experiencia con el Tameana has sido muy positiva, y aunque no es una varita mágica, la alegría y el amor han aflorado y los percibo de una manera diferente. Y voy a seguir haciendo sesiones igual que voy a la peluquería o de cena con mis amigas porque para mi es una forma de cuidarme y de mimarme.
Espero haberme explicado porque resulta complicado ponerle palabras a estas emociones y te invito a que pruebes el Tameana y tengas tu propia experiencia. Y ya ha probado el Reiki, Tameana te va a sorprender gratamente.