Mabon, festividad del otoño

¿Conoces la rueda del año?

Como medimos el paso del tiempo los humanos ha sido siempre algo ligado a la naturaleza. Lejos de los calendarios juliano, gregoriano o chino, las estaciones han sido las que nos han marcado el paso del tiempo. Abriendo un ciclo y cerrando el anterior.

Estos ciclos son muy importantes para la agricultura y los periodos de siembra de los alimentos, para conocer las migraciones de las aves y la hibernación de los mamíferos que la llevan a cabo. Nos hablan de en qué momento estamos del año y que energía se está moviendo ligada a los movimientos del sol y la luna.

Mabon es un término que se refiere a uno de los Sabbats de las religiones neopaganas. Festividades que marcan momentos clave en el ciclo anual, como los equinoccios y solsticios, y están vinculados a la naturaleza y a la conexión con las estaciones.

Es el equinoccio otoñal, que generalmente ocurre alrededor del 21 al 23 de septiembre en el hemisferio norte.

Marca el momento en el que el día y la noche tienen aproximadamente la misma duración y marca también, la transición hacia la temporada de otoño. El año camina hacia la mitad más oscura.

En esta festividad, se celebra un banquete. Se cosechan muchos de los frutos sembrados en primavera y las familias se reúnen para compartir su comida con la comunidad. Dan gracias por tener esos alimentos y se reconoce la intención de seguir compartiendo en los meses fríos que se aproximan: todo lo que ha dado la tierra hasta el momento.

La llegada de estas fechas nos recuerda que nada es estático, que la vida está llena de cambios (nos guste o no).

Este es el momento de abrazar los ciclos, dejar ir y no mantenernos exhaustos en una lucha por no dejar que los cambios se sucedan de forma natural. Sufrimos por empeñarnos en cosas que ya no son.

Simbólicamente, Mabon representa cuando el Dios se prepara para morir en Samhain, y regresar al vientre de la Diosa, para renacer en Yule.

El cambio de color de las hojas y su caída son los árboles deshaciéndose de lo superfluo y menos necesario para pasar la siguiente estación en reposo: recogimiento. No alimenta con su sabia a aquellas partes que son prescindibles. Es tiempo de descanso. Nosotros debemos hacer lo mismo y el cuerpo lo sabe.

La disminución de horas de luz nos hace entrar en una fase de recogimiento que favorece la introspección: imitar a los árboles y deshacernos de lo superfluo.

OTOÑO

Regeneración y transformación. Soltar para avanzar.

Llegados a este punto, te habrás dado cuenta de que es importante hacer limpieza interior. Dejar que la parte externa descanse y trabajar las raíces. Debes descubrir y analizar lo que es importante para ti: personas, emociones, actividades… Y decidir dejarlas atrás para que no te lastren. Este trabajo interno será el que te haga avanzar con energía renovada cuando llegue la primavera.

 

Es tiempo de cuidarse, descansar, mimarse y nutrir el cuerpo y el alma con alimentos sanos y lecturas que inspiren, satisfaciendo así lo que deseas y cultivándote en todos los sentidos.

La naturaleza nos enseña a abrazar estos cambios y ver que todo está bien, hay una energía que fluye y atraviesa fases por las que es más sano y fácil transitar cuando las aceptas. Como un niño que crece y al que no le vale la ropa de cuando era más pequeño, el niño disfruta de su crecimiento y lo abraza viendo las oportunidades que le brinda el universo dentro de cada nueva etapa. Y como no, se le compra ropa nueva porque no es bueno para él llevar algo que ya no le vale.

El otoño nos muestra que los cambios son buenos y bellos, nos envuelve con su energía, una que invita a dejar atrás todo aquello que ya no es parte de nuestra vida, a mudar esas creencias. Como si fueran las hojas de los árboles de hoja caduca, para que pueda renacer en primavera otra forma mostrarnos más afín a los que nos hemos convertido.

Esto será lo que vean en primavera sobre nuestro exterior, novedades y cambios, y aunque por fuera durante los meses fríos parezca que los árboles están dormidos, por dentro acumulan nutrientes, crecen fortaleciéndose a través de nuevos alimentos. Nos recuerdan que el camino es hacia adentro.

Te animo en esta llegada del otoño a descansar del ajetreo del verano y mantener la serenidad que hay en el centro de ti.

En la sociedad que vivimos es cada día más importante aprender que nuestro ritmo no tiene que ser el mismo que el que marcan las ciudades, que tenemos una cadencia propia que nos hace bien, estar en equilibrio y paz con nosotras mismas.

Abraza el otoño

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